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Un comentario
Querida suegra:
guardo muy bonitos recuerdos tuyos; como aquel día, cuando, sin darse cuenta, nuestro querido Jorge comentó «…como Olga, que se come la paella todos los domingos, aunque no le gusta» En ese momento, yo pensé «tierra, trágame» y entonces tú te acercaste a mí y abrazándome me dijiste sonriendo «póbrecita, llevas comiéndote durante años la paella, sin decirme nada»; me diste un beso y añadiste «desde ahora, prepararé algo que te guste». Yo te dije que «no pasaba nada, y bueno, que las espinacas me gustan mucho» y tú me dijiste, «pues entonces, espinacas!!» 🙂 , «Gracias» 🙂
Te sigo dando, enviando, las gracias por los bonitos momentos que pasamos juntas, por el buen humor que tenías, por haber tenido un hijo tan maravilloso como Jorge, mi querido marido.
Seguro que, ahora, juntos los dos en el cielo, seguís con esa bonita relación, como la que teníais en esta Tierra, cuando os conocí.
Os llevaré siempre con mucho cariño en mi pensamiento.